Queridos Reyes Magos

El 5 de enero ha llegado,increíble pero cierto. Por la noche, y después de ver la cabalgata de los Reyes, millones de niños dejaran 3 vasitos de leche, algunas galletas y los zapatos en la ventana y seguidamente iniciaran el rumbo hacia sus camas, con los nervios a flor de piel.

Aun recuerdo como eran mis 5 de Enero. A decir verdad, yo nunca dejaba vasitos de leche, de eso se encargaba mi madre. Y ahora que estamos en confianza..para mi, que no se lo ponía.¡Por eso no me llenaban los zapatos de caramelos!

Yo era de las que se iba a dormir temprano,no se para que porque me tiraba toda la noche en vela. Pero ahí estaba yo, a las 10 en la cama, luchando con mi mente para que se durmiera. Cuando el sueño se quería apoderar de mi eran las 4 o las 5 de la mañana y a las 8 ya estaba saltando de la cama para ir a ver que habían dejado los Reyes Magos.

También recuerdo con especial cariño, las cartas que me dejaban, ¡selladas y todo!, explicándome que habían llegado muy cansados del viaje, que esperaban que me gustasen los regalos y que mi perrita ya se estaba comiendo el que le habían traído a ella. Fijate que hasta de la perra se han acordado, pensaba yo.

Era tal la ilusión que sentía en estas fechas que fue un palo bastante grande enterarme quienes eran los verdaderos Reyes Magos: los padres. No lo podía creer, más bien no quería creerlo. El día que se lo comenté a mi madre (que por supuesto fue meses después), recuerdo que di muchas vueltas a la manera en que se lo iba a plantear, me daba vergüenza hablarle de ello y no entendía por qué, puesto que tanto mi madre como el resto de familiares me habían estado engañando todo el tiempo

Tendría 8 o 9 años y ya en mi cabeza se agolparon infinitas preguntas sobre este tema, preguntas que se acabaron resolviendo con el paso del tiempo y que ahora resultan tan obvias...Por ejemplo, como no podía darme cuenta si, en estas fechas, sitios como el Eroski o el Carrefour, están repletos de carros llenos de juguetes..o que no te trajeran lo que habías pedido si supuestamente eran magos, ahora se entiende que es porque salia del bolsillo de la familia. Aunque he de reconocer que yo este problema no lo tuve, siempre traían lo que les pedía.

El año siguiente a este descubrimiento, no penséis que dormía mejor,que va. Aunque ya había desenmascarado a los Reyes Magos, seguía teniendo esa ilusión de levantarme y ver el sofá repleto de regalos esperando ser abiertos. Desgraciadamente, uno crece, y las ilusiones se van perdiendo. Ya dejas de pedir juguetes, y ahora ya te encuentras el sofá un poco vacío, aunque algo siempre hay.

Por eso, para recordar viejos tiempos, este año mandado un e-email a sus Majestades (porque lo del papel y lápiz ya no se lleva), con mi carta, pidiendo que vengan tiempos mejores para todos los que me rodean, pues yo ya dije que para mi todo iba sobre ruedas. Y sobre todo que nos sigan aportando esa chispita de ilusión, no solo en estas fechas, sino a lo largo de todo el año.

FELIZ DÍA DE REYES, y sed buenos, que si no no vienen